domingo, 23 de junio de 2013

Paradis har sin pris: "El paraíso" tiene su precio.



Quiero aclarar, que éste blog no es el resultado de experiencias traumáticas acumuladas que requieren catarsis. Afortunadamente nunca he pasado una temporada de más de 3 meses en el país, regresando periódicamente a mi tierra natal, México. Y de vez en cuando realizando algunos viajes a otros lugares con costumbres, tradiciones, idonsicracias e idiomas similares.

El motivo de mi estancia en el país vikingo es por motivos amorosos.
La mujer que adoramo y que me adorama es noruega, y, afortunadamente desde muy pequeña, debido a su formación, ha vivido y convivido con muchas otras personas de distintas razas en distintos países, por lo cual, escapa al esterotipo de la mujer noruega. Esto le ha dado también entendimiento y comprensión para con las distintos habitantes del planeta. Es, por tanto ella, desde mi óptica (y no sólo la mía) una "iluminada" de gran belleza física, mental y espiritual. Esto es motivo suficiente para mi, de soportar las inclemencias nórdicas, de aguantar los tiempos difíciles. De no ser por ella, ni de joda me vendría a vivir acá, aunque me pagaran vivienda.

En un principio y mientras aprendía el idioma (por mi mismo) y asimilaba la cultura, las artes, la filosofía de Noruega, creía que ciertamente, los habitantes de este país estaban en la cúspide evolutiva. Existe la creencia generalizada de que los escandinavos son muy inteligentes, tolerantes... para hacer la historia corta: Mucho mejores que los demás cuidadanos del resto del mundo. Y ciertamente, esta idea se potencía durante las conversaciones con los noruegos. Ciertamente ellos tienen excelentes ideas sobre si mismos, piensan, creen y se sienten mejores que todos los demás, tanto a nivel personal como social.

Así, continuaba aprendiendo el idioma, escuchando su música, conociéndo el arte pictórico, la historia, política, psicología, literatura, cine...
Estaba distintas temporadas en Noruega, conociendo ya en su totalidad lo que es vivir en las distintas estaciones del año las cuales ahora me resultan sólo 1) inmisericorde invierno cabrón 2) primavera invernal  3) pseudo-verano - y 4) inmisericorde invierno cabrón.

Comparaba constantemente y tratando de ver siempre el lado positivo del país del salmón y del petróleo con México, el país de la corrupción y la impunidad.En un principio, y debido a las consecuencias de los cambios socio-políticos que se estaban dando en mi país, esto es, la "Guerra contra las drogas" que trajo un alarmante incremento de los crímines violentos, y que la población en general sufriamos directa e indirectamente las masacres y la inseguridad, las extorciones constantes, la psicosis... creí que todo se estaba yendo a la mierda, y que de hecho, México era la fosa séptica del mundo. Y si a eso le agregamos los continuos bombardeos informativos televisivos, radiofónicos, la prensa y las historias de familiares, amigos, vecinos, conocidos y desconocidos, era lógico que uno se sintiera desesperanzado. Que ya estabamos viviendo el final de los tiempos.

Calidad de vida malo, encarecimiento de la canasta básica, sistemas educativos y de salud deficientes, mala alimentación, física y mental, salarios rídiculos, asesinatos masivos diarios... todo, todo eso contribuía a que desde la perspectiva de muchos millones, pensaramos y sintieramos que el país era insalvable.
Lo mismo podría decirse del sentir de los demás habitantes del resto de los demás países de habla hispana del continente americano.

Entonces, tal como deje escrito en la segunda entrada de este blog, las primeras experiencias en el país nórdico fueron agradables. Muy agradables. Ya tenía varias ideas de como era el ciudadano noruego, por comentarios varios de noruegos, mi novia, y sobre todo por lo que había visto en las películas (las cuales, muchas las traduje al castellano para que la gente de mi ciudad, tuvieran otras perspectivas cinematográficas y culturales de otros países, en este caso, de los países nórdicos en general [ Dinamarca, Finlandia, Islandia, Suecia y Noruega ] para muestras de cine internacionales, proyectadas en los cine-clubs de mi "rancho" (estas películas ya tendrán sus análisis en sus entradas correspondientes).
Estas obras cinematográficas reflejan los suplicios psicológicos por los que pasan los habitantes de estas tierras: Neurosis, ansiedad social, trastornos obsesivo-compulsivos,inconformidad, depresión "injustificada", soledad e isolación suicida, trastornos psiquiátricos severos que sólo llevaban al deterioro insalvable de los protagonistas. Finales tristes, miserables.

No quería aceptar que Noruega o sus países vecinos pudieran tener desperfectos. Creía que había aceptación y asimilación racial (que no es lo mismo que tolerancia), pacifismo, niveles bajos de criminalidad y drogadicción. Quería creer que los trastornos psiquíatricos eran mínimos, en proporción a los de latinomareicanos, y que en todo caso, estos trastornos se debían al trastorno afectivo estacional (que por culpa de el frio de mierda y la ausencia de sol por varios meses provocaba la depresión). Que todos tenían una cultura basada en el respeto, en el cumplimiento de la ley, que era gente culta que se construían a sí mismas a base de esfuerzo, discíplina e inteligencia. Que tenían plena consciencia de que los problemas del mundo eran problemas de ellos también y que por lo tanto, apoyaban en todo momento y desinteresadamente a todas las causas que requerían de justicia. Que eran un país generoso, caritativo, que si había racismo, era cosa de gente vieja, ultraconservadora, escasos neo-nazis, y sobre todo, que éste racismo era cosa de un 0.1 %. Y sobre todo, si había racismo, éste estaba justificado, porque según la mayoría noruega: los transgresores son los que vienen de fuera, los sucios y parasitarios inmigrantes.

Pero ¡Oh! sorpresa. Aún y con conocer el idioma, las costumbres, la cultura y demás en un buen nivel, con el correr del tiempo, la convivencia diaria, el intentar adaptarse y demás demasiados demáses, comencé a experimentar también una serie de... de... ¿cómo podría llamarles? ¿Disonancias cognitivas? Comencé a tener también depresiones, pero las atribuía a la disminución del consumo del café y al jodido síndrome depresivo estacional. Las conversaciones se me hacían vanales, insustanciales. Aquí a nadie le interesaba los temas que a mi me apasionaban: arte, cultura, psicología, artes marciales, religiones, filosofía, espiritualidad, naturaleza, flora y fauna, tradiciones, ciencia, sociología... No, al parecer los temas de más interés se enfocaban en torno al dinero: cuanto ganas, cuanto les costó el último juego de platos y vasos de más de 4,000 coronas, la adquisición del último model de teléfono celular, los costosos viajes en las últimas vacaciones, facebook... Veía a los drogadictos y alcohólicos en la calle (también se tocarán más adelante estos delicados temas) y todos estos eran noruegos, no habían emigrantes legales o ilegales entregados al vicio...
Todo esto y demasiadas cosas comenzaron a afectarme. De pronto, ya también comenzaba a andar siempre apresurado, nunca había suficiente tiempo para nada, vaya, me olvidé de como respirar bien, desde la raíz, de relajarme, de comer masticando bien los alimentos, de pensar positivamente. En cambio, empezaba a contagiarme de las actitudes "autistas", desinteresadas. Afortunadamente, no se me pegaron lo grosero, la indiferencia, la altanería, la antipatía, ni la falta de paciencia que caracterizan al ciudadano promedio de este ego-sistema...

Entonces comprendí que mis estados internos no se debían a mi persona, sino a mi psique infectada - siempre abierta, empática y receptiva - a la interacción negativa con la gente y el ambiente.
Finalmente, concluí que ya no debía justificar la grosería de la gente enferma. La gente está mal ¡Y mal en serio! No se trata de percepciones mías, sino basados en estándares sociales aceptables en el resto del mundo.

Los únicos justificantes de la frialdad y la carencia de modales del escandinavo moderno no es su pasado violento de la época de los vikingos (después de todo, de algún modo todos nuestros primitivos antepasados vivían de conquistas sangrientas y de los botines de los pueblos conquistados), tampoco del clima (mira que hay africanos y esquimales que son amables y amigables). Nop. Su enajenación, falta de modales, de buen trato, su exagerado ego y gran parte de sus trastornos emocionales que los llevan a los vicios, farmacodependencia, catastróficos divorcios, y distanciamientos y eventualmente a suicidios, es - supongo - alguna clase de síndrome. El síndrome de "Los nuevos ricos" o de "Güicho Dominguez".Noruega paso casi de la noche a la mañana de ser un país jodido a ser el país más rico del mundo, debido al descubrimiento de pozos petrolíferos en el mar del norte. Luego floreció y se convirtió en un ejemplo a seguir en cuestiones sociales: igualdad de género, justicia social y otras cosas. Luego , al igual que con la primavera noruega, llegó nuevamente el invierno y ahora, en su marchitez, padece precisamente de esos mismos desarrollos sociales, el precio de la igualdad de género conllevó a que la mujer también padesca desde la descortesía hasta el maltrato verbal y físico por parte del hombre (patadas, puletazos y escupitajos, pues), la justicia social llevó a tener prisiones de 5 estrellas con derecho a salir y cometer más crímenes. En fin, toda una serie de modificaciones que han ido llevando a la sociedad noruega a la desconformidad, al hastío. Miedo, odio, incomprensión y aversión hacia los demás. Al prójimo. En bellas palabras judías: A la destrucción del shalom. La soledad. 


Y bien, escribí mucho por hoy. Luego le doy continuidad y acercamientos a cosas más concretas, objetivas. Mientras cierro aquí. Hasta pronto. ¡Y buen día!
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Las primeras y las últimas impresiones...



Ah... Noruega, tierra prometida, oasis de perfección, habitado por seres bellos, civilizados, inteligentes y gentiles. Comprometidos con el bienestar personal y social. Un país libre, donde la igualdad y el respeto mutuo son los más grandes valores humanos. Lugar donde se cumple la ley cabalmente, donde no hay crímenes ni corrupción, transparencia, pulcritud. Seguridad.

Ah... Noruega, edén donde todas las...
¡Neh!

Esta es por lo general la imagen idealizada que muchos habitantes de los países "en vías de desarrollo" tienen en su cabezas.

Y sí, mucho de lo escrito arriba tiene mucho de cierto en cuanto a las cuestiones sociales. El hábitat. Se tiende a tomar como ejemplo de último escalón evolutivo al país del "eterno bienestar".

La primeras impresiones que muchos de los latinoamericanos tienen al visitar el país nórdico la primera vez son todas maravillas.

Estos son algunos de los lugares comunes en los que caen los primerizos visitantes:

- ¡Oh! ¡Mira que casitas tan bonitas, que acogedoras, que lindas, como me gustaría vivir en una casa así!

- ¡Oh, pero mira que orden, aquí se respetan las leyes!

- ¡Mira que chulada de parques! ¡Cuanta belleza natural!

- ¡Uy! ¡Pero que chicas tan lindas! ¡Pero que chicos tan más guapos!

- ¡Increíble! ¡Todos saben y hablan inglés!

- ¡Wow! aquí hasta un intendente gana un sueldo digno...

- No, no, no. Mira nada más, aquí no hay contaminación, nadie tira basura en las calles, no hay propaganda electoral en cada poste. Esto jamás se ve en mi país tercermundista.

- ¡Ah, pero que puntualidad! Se ve que aquí la gente sí le gusta trabajar y hace bien su trabajo, aquí todos tienen orden y... ¡cuanta puntualidad y formalidad, Señor Jesucristo Todo-po-de-ro-so.

- ¡¿De verdad?! ¿¡La educación es gratuita desde kinder hasta universidad!? ¡¿La escuela pública es de buen nivel!? ¡Oh, Díos mío! ¡Es increíble!

- ¡Que maravilla de sociedad! ¡Multiculturalismo, igualdad de género, reglas viales, policía impecable, incorruptible y comprometida con el bienestar de la ciudadanía!


Sí, sí... esas y muchos comentarios halagadores tendrá el visitante temporal de ésta tierra de ensueño...

... Pero, he aquí que la finalidad de la existencia de este blog no es para componer odas a Noruega y su gente (aunque de vez en cuando se exaltarán sus cosas buenas). Es para concientizar a las personas que estén pensando el venirse a vivir acá, ya sea por temporadas cortas o largas o de por vida, sea por el motivo que sea: trabajo, estudios, reunión familiar, matrimonio, formación de familia...
Y si ya estás viviendo aquí, te servirá de apoyo terapéutico, de catarsis, ya que ciertamente en las "terapias" convencionales noruegas sólo intentarán convencerte de que tú estás mal, no los demás. Que lo que tú necesitas no son amigos, alguien con quien hablar, abrirte al otro, sino el dinero y el confort. Cosas prácticas. El bienestar. En otras palabras, no sirve de mucho. La mejor terapia que podrán darte, al más moderno y reconfortante estilo noruego es la medicación: pastillas de la felicidad (Lykkepiller, antidepresivos en sus más bonitas variaciones: Cipramil, prozac, valium, cipralex, Zoloft... )

Los que ya llevan tiempo viviendo aquí, saben perfectamente que una cosa es visitar el país y otra cosa muy diferente es residir ya en él.

Porque los bienaventurados comentarios arriba escritos, luego de las amargas experiencias - que luego se tornan insípidas -, cambiarán inevitablemente a algo como:

- ¡Casas de mierda, todas son iguales! ¡Cajas, jaulas, almacénes, celdas, cárceles! Todas con los mismas estructuras arquitéctonicas, mismos patrones de pintado y mismos estilos austeros de decorado! Y no puedes embellecérlas sin tener que pedirle permiso a los vecinos, que de antemano sabes que podrá negarse y azotarte la puerta en tus narices sin antes haber terminado de explicarle la cosa (típicas
nabokriger). ¡¿Y, 2.000.000 de Coronas por 20 metros cuadrados?!

- ¡Oh, pero mira que orden, aquí todas las leyes son restricciones, no tocar, no subir, no estacionarse, no pisar, no jugar, no pasar, no bajar, no antes ni después de las XX:XX horas, no hablar, no hacer ruido, no susurrar, no sentarse, no mostrar emociones, no sonreír, no llorar, no hablar de tus patéticas mariconerías existenciales.

- ¡Mira que mierda de parques! ¡Cuanta belleza natural... cuanta bio-diversidad: Pinos, pinos, pasto verde, flores amarillas, cuervos, gaviotas, palomas y patos. Y todas con una gran variedad de colores, gris, blanco y negro y blanco con negro

- ¡Uy! ¡Pero que chicas tan zorras y superficiales! ¡Pero que chicos tan más descorteses, cretinos, machistas e insensibles!

- Espera un momento... esas palabras no son en inglés, ni siquiera existen.

- ¡Wow! Con que hay que pagar hasta 50% de impuestos (y además ineludibles) y ¡Hey! se supone que todos los trabajos son dignos...

- Oy, oy, oy. Mira nada más,que bonito es estar en una gran ciudad gris, en un gélido día nublado o de lluvia.

- ¡Ah, pero que puntualidad! ¡Aquí la gente siempre a las putas prisas, hasta para irse a morir! Un minuto tarde y estás despedido/a, persona non-grata y odiada de por vida, catalogada de irresponsable, perezosa y mal-educada... Claro, tenía que venir de un país de orangutanes

- Bullying en las escuelas. Discriminación. Ofensas culeras.

- Con que eso significa realmente el multiculturalismo ¿eh?: Que los respetables ciudadanos noruegos tengan que "soportar" respirar el mismo aire que toda esa gente que parece primate, retrógrada, sucia, pobre y mierda. (Sí, en Noruega también hay racismo, tanto del "bueno" como del malo y feo"
)

- Pero que idioma tan feo...con evidente y justificada razón los expertos linguistas estan convencidos de que el norsk (el noruego) habrá de desaparecer en unas cuantas décadas más...

Entonces, sin más, me retiro para tomarme un cafecito, tal como se debe: en calma, suavecito, sin prisas...Luego retomo el tema.  Hasta la próxima entrada =D.
Saludos y paz. Sean felices.

¡Hei - Ho!


Este blog ha sido creado con la finalidad de exponer las realidades del país nórdico a modo de advertencia para quienes tienen contemplado (sobre)vivir en él. Vaya, cosas que hay que saber para asimilar, digerir y adaptarse.

Se verán tópicos comunes y extraordinarios, tales como la "cultura", el idioma, la percepción social de noruegos y extranjeros, la alimentación, entretenimiento, religión, ciencia, estilos, ritmos y calidad de vida, el temperamento de sus ciudadanos, el multiculturalismo, costos... y claro, todas esas otras cosas que probablemente no te enterarás hasta que te veas en situaciones de perturbadores delirios suicidas, homicidas y genocidas. Porque hay que saberlo: Noruega es un país de tolerancia, más no de aceptación. De bienestar, más no de tranquilidad. De convenencia, no de convivencia. De grandes avances tecnológicos y materiales, pero de grandes retrocesos mentales y espirituales. En donde, si no tienes amor, difícilmente vivirás en armonía y con el corazón lleno de vacío. Con los gusanos de la angustia existencia comiendote en vida.

Así que, sin más finalidad que escribir estas palabras introductorias, doy por hecho este minimicro-prefacio. En las siguientes entradas se entrará ya de lleno al tema.

Blaah.